quinta-feira, 24 de maio de 2012

Tomar mirada desde España...


En plena campiña portuguesa, la pequeña villa de Tomar, situada a unos 130 kilómetros de la capital lusa, conmueve tanto por su personalidad medieval como por el juego de tonalidades que irradia. Desde el puente romano se contempla el contraste de verdes y amarillos de una vegetación asalvajada que crece a orillas del río Nabao. Al fondo, los tejados rojizos se imponen a las blancas fachadas de las viviendas, y el conjunto se refleja en las aguas del riachuelo creando discretas ondas multicolor que componen una de las vistas más espectaculares de la ciudad.
Tomar fue fundada por los Caballeros Templarios, que más tarde formaron la Orden de Cristo en Portugal. La reconocida orden del Temple construyó, en lo alto de la colina que domina la ciudad, el Convento de Cristo, cercado por robustas murallas del siglo XII. Con siete claustros, el edificio es una perfecta muestra del estilo Manuelino característico del fulgor que alcanzó Portugal allá por el siglo XIV, coincidiendo con los descubrimientos del Nuevo Mundo. Desde el patio superior del gran claustro se contempla una de las mejores vistas panorámicas del convento y de la región de Santarem.

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