sábado, 31 de março de 2012

Claraboya, por Hector Abad Faciolince


Hace algunas semanas leí Claraboya, la segunda novela de José Saramago. El libro fue escrito hace 60 años, cuando Saramago era muy joven todavía. En vista de que la novela fue rechazada en su momento por una editorial, y en vista de que el autor no conservaba copia alguna de la misma, el libro estuvo guardado durante decenios, primero en alguna caja perdida de la editorial, y luego en la casa del escritor en Lanzarote, cuando Saramago pidió que se la devolvieran. Nunca hasta ahora había sido publicada.
Es una experiencia curiosa, y en este caso feliz, leer el libro de un joven que -ahora lo sabemos- llegaría a ser, de adulto, un genio de las letras. También los grandes atletas tienen que aprender a caminar en algún momento de sus vidas; tampoco los grandes escritores nacen aprendidos, y fallan. Pero a veces pasa que, incluso en sus primeros esbozos, muestran ya de algún modo el talento innato que tienen y dejan entrever el genio que tendrán.
El Espectador.

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