quarta-feira, 20 de junho de 2012
Libros: El Cartógrafo de Lisboa
Esta revolución que vivimos en su concepción tan primitiva, tan elemental, en su manera tan primaria de ver las cosas, agarró la estatua que estaba en el Paseo Colón y la derribó. Quedó el alto pedestal completamente vacío, más diversas pintas con insultos al Almirante, cinco siglos después. Evidentemente, hablamos de Cristóbal Colón.
A Cristóbal Colón, se le puede decapitar en el mármol de la estatua, se le puede tachar como símbolo de la invasión y/o descubrimiento de las Américas, por la Europa Renacentista, pero nada, puede obviar o ignorar, el carácter maravilloso que tiene este personaje fundamental, en ese período histórico determinante que fue el Renacimiento.
Cristóbal Colón es un personaje lleno de misterios. Si lo viéramos exclusivamente como un personaje literario, pocos le podrían superar. Su propio diario de viajes, la bitácora que le trajo a bordo de la Santa María en aquel primer viaje, es uno de los grandes libros de aventuras que uno puede encontrar. No son pocos los autores que se han volcado sobre su hazaña.
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