Es una especie de homenaje, ya que el “daño es irreparable”, reconoció la ministra de Justicia Paula Teixera.
Sin embargo, el cambio no será inmediato.
Los descendientes de estos judíos deberán probar su vínculo con los sefardíes. Se tendrá en cuenta el origen de sus apellidos, el idioma que se habla en su familia y la relación directa o indirecta con esos posibles antepasados.
Aquellos que soliciten la doble nacionalidad, tendrán que aportar estas pruebas a las instituciones comunitarias judías y diversas entidades del gobierno, que las evaluarán caso por caso.
Otra condición será no tener antecedentes delictivos.
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