Subiendo la Rua de Santa Cruz do Castelo se llega al Castillo de San Jorge, cumbre del barrio de Alfama. Lisboa es el refugio que elige Ana María Matute. No ha sido una decisión fácil. Ella, viajera infatigable, presume de haber dado tantas vueltas al mundo como sus 82 años han dado de sí. En cada lugar ha sido tan bien recibida que cuesta escoger uno sólo. Pero la capital lusa "respira otro aire" y "la amabilidad y cercanía de su gente" acaba por vencer la balanza.
"Alfama sabe a fado", la expresión artística portuguesa más internacional. El fado es pena, música que nace del duelo y la aflicción y, sin embargo, Alfama "es auténtica felicidad". Esta contradicción bebe de las callejuelas de un barrio viejo que resiste a la modernidad en sus cafés, parapetado en el eco de la voz de Amália Rodrigues. Si el día es claro, desde lo alto de la colina sobre la que se asienta se puede ver toda la ciudad. "Es la madre de Lisboa", asegura la autora de Paraíso Inhabitado (Ed. Destino), su última obra.
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quinta-feira, 5 de março de 2009
Fado y vida en Alfama con Ana María Matute
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