Dicen los pocos amigos que le trataron que en los últimos meses Fernando Pessoa caminaba a un palmo del empedrado santo de su Lisboa, como un maniquí sujeto al aire por un clavo invisible. Mais.
segunda-feira, 7 de julho de 2008
Fernando Pessoa: El hombre que sentía como veinte hombres
Subscrever:
Enviar feedback (Atom)
Sem comentários:
Enviar um comentário